El sector residencial es un sector clave en el consumo energético mundial, por lo que no debe ser ajeno a la necesaria transición energética hacia consumos menores sustentados por fuentes más sostenibles y renovables.

En ese sentido, la transición de una promotora pública de vivienda, como Visesa, hacia una tipología de edificación basada en un modelo “todo eléctrico” y renovable, busca ser una palanca de cambio relevante y generar un impacto real sobre la reducción de la huella de carbono del parque de vivienda pública social en régimen de alquiler de la Comunidad Autónoma del País Vasco y, por ende, reducir el impacto del sector residencial a nivel global.

Adicionalmente, cabe destacar que el germen de este nuevo paradigma parte de una reflexión sobre el modelo que mejores prestaciones aporta a la persona usuaria final de la vivienda, que verá reducida su factura energética en edificios que ya parten de una baja demanda por su alto nivel de eficiencia energética en medidas pasivas, y que, además, contará con unas instalaciones donde primarán la funcionalidad, robustez y bajo mantenimiento para responder a las necesidades particulares de este colectivo de personas, que debe ser, necesariamente, el foco principal de cualquier iniciativa de Visesa.

La base para este cambio de modelo surge de la propia reflexión de Visesa en su experiencia como promotora pública y se materializa en el Plan Director de Vivienda (PDV) 2021-2023 del Gobierno Vasco que, entre otras acciones, alude de manera específica a "la necesidad de avanzar en el cambio de modelo energético apoyando el empoderamiento energético de la ciudadanía a escala autonómica". Y, precisamente, en el afán de dar cumplimiento a este mandato, Visesa se compromete, con la firma del Pacto Social por la Vivienda 2022-2036, a compatibilizar la necesaria transición hacia una economía descarbonizada con "el apoyo a los sectores sociales y empresariales más vulnerables para garantizar que esta transición sea equitativa y que nadie se quede atrás".

El objetivo fundamental del cambio de modelo impulsado es la incorporación, en todos los edificios de vivienda pública social en régimen de alquiler promovidos por Visesa, de instalaciones que permitan la electrificación del suministro térmico (agua caliente sanitaria y calefacción) y la producción in-situ renovable de energía eléctrica con paneles solares fotovoltaicos. La electrificación del parque edificatorio parece una opción más que razonable, teniendo en cuenta las ventajas que ofrece este modelo energético. Un modelo que suma sus ventajas a las medidas pasivas ya consolidadas desde hace años en las promociones de Visesa, y que permiten la reducción de la demanda energética: aislamiento suficiente, ventilación doble flujo con recuperación de calor, estanqueidad elevada, etc. El objetivo es que, toda vez que los edificios de viviendas promovidos por Visesa ya cuentan con una baja demanda energética, consuman cada vez menos energía y que este mínimo aporte necesario llegue desde fuentes renovables y a través de sistemas eficientes, funcionales, sencillos y de bajo mantenimiento.

En ese sentido, la electricidad es un vector energético que permite utilizar diferentes soluciones técnicas y configuraciones para cubrir la demanda energética de los principales sistemas de los edificios como la climatización, el ACS o la ventilación e iluminación, ya sea por medio de equipos sencillos (termos eléctricos y radiadores eléctricos con o sin acumulación) o por equipos más “complejos” que pueden aportar mayores rendimientos (bombas de calor: aerotermia y geotermia), siempre en función de un análisis coste-óptimo particular para cada promoción y con un enfoque integral de Ciclo de Vida. La supresión, en algunos casos, de los circuitos de fluido termo-portante puede, además, aportar evidentes ventajas en cuanto a simplificación constructiva y reducción de costes asociados a su despliegue y mantenimiento, lo que redunda en una mejora del coste de ciclo de vida del edificio, fundamentalmente, en las fases de construcción, uso y mantenimiento.

Los objetivos específicos de este cambio de modelo son los siguientes:

• Creación de un parque de vivienda pública social en régimen de alquiler en el que todos los nuevos edificios son de consumo de energía casi nulo.
• Producción in-situ y suministro renovable de los consumos energéticos.
• Descarbonización del uso de las viviendas (cero emisiones de CO₂).
• Reducción de costes en todo el ciclo de vida: construcción (para la empresa promotora), uso, mantenimiento y reposición (para las personas usuarias y la empresa gestora).
• Reducción del impacto ambiental en todo el ciclo de vida: materiales y fabricación, sistemas, construcción e instalaciones, uso, etc.
• Autogestión de la producción y consumo energético del parque de vivienda social en alquiler.
• Reducción de la dependencia de suministros energéticos extranjeros y los consiguientes riesgos de variación de precios. Edificios más resilientes.